Danièle Diwouta-Kotto

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Arquitecta e interiorista



Creatividad, proximidad y reactivación. Esta es la receta que aplica desde 1989 el Gabinete de Arquitectura Diwouta. «La mayor parte de nuestro trabajo lo realizamos en Camerún y en otros países de África subsahariana, englobando todos los públicos y sectores de la construcción y la rehabilitación; desde el terciario e industrial al médico-social», explica Danièle Diwouta-Kotto en la presentación de la web de su estudio. 

Nacida en Camerún pero formada en Francia, Diwouta-Kotto siempre tuvo claro que sería en su país natal donde desarrollaría su creatividad. Duala, en la costa atlántica, es su cuartel general, desde donde ha ideado las obras con las que ha participado en el Salón MIC de París o en Los Ángeles, y que han sido expuestas también en Dak’Art, la bienal de la capital senegalesa, o La Habana. Entre estos trabajos destaca Mobilier planeur, una línea de muebles de madera y metal, como la silla «Pat´a mambo». En estos escenarios, la camerunesa ha compartido sus reflexiones sobre el diseño y la arquitectura, vinculados siempre al desarrollo urbano, porque considera que el arte es la fuente de transformación de los lugares en los que transcurre la vida.

En 2003 emprendió un proyecto en el barrio de Bessengue (Duala) llamado «Kiosque à eau» (Quiosco de agua), un lugar público y de encuentro pensado, sobre todo, para las mujeres que en muchos pueblos de África recorren kilómetros para obtener este bien imprescindible. «El transporte del agua es difícil y a menudo es un trabajo de mujeres, por lo que esta solución arquitectónica es un espacio para que las mujeres se reúnan, hablen y descansen», explicó la arquitecta.

Los estudiosos de su obra aseguran que Diwouta-Kotto está jugando un papel fundamental en la reflexión sobre el diseño africano, la arquitectura y el desarrollo urbano, así como en la relación entre el arte y la transformación de la ciudad. De hecho, como explica en su libro Architecturales Suits: Kinshasa, Douala, Dakar, publicado en 2010, «las ciudades africanas contemporáneas son espacios en construcción permanente, que simulan almacenes para la lenta o rápida acumulación de la abundancia». Para ese trabajo se atreve a recuperar, modificar y restaurar la arquitectura colonial africana, a menudo cuestionada, y a destacar su transformación y reelaboración por el paso del tiempo.

La publicación Express International la incluyó hace más de 20 años entre las 100 personas que dinamizan Camerún, una catalogación a la que ha sido fiel. Observadora y discreta, en una entrevista en televisión explicó que, a menudo, en sus proyectos arquitectónicos se le plantea un «doble desafío» por lo que representa un lugar y cómo es concebido. En el caso del aeropuerto de Yaundé, que es su «primer recuerdo arquitectónico», ocurrió por la mezcla del concepto de modernidad con un espacio concebido como lugar de partida para los viajeros. Su estilo ha sido descrito como «creatividad contemporánea adaptada a un entorno sociocultural». En su idea de construir la ciudad, «los edificios deberían estar al servicio del urbanismo y no al revés, (…) la ciudad debe ser accesible a todos. (…) Hay que regenerar y no negar los centros históricos para aprender la lección. Arreglar los problemas de transporte juntos y comunicar e integrar un debate participativo sobre los grandes proyectos públicos entre los futuros usuarios y los profesionales».  



Ilustración: Tina Ramos Ekongo

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