Neema Mduma

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Doctora en Ciencias e Ingeniería de la Información

La revista digital The continental approach tiene una sección, «300 segundos», en la que, de forma muy concisa, entrevista a africanos jóvenes que están protagonizando procesos de transformación social, política o económica. La tanzana Neema Mduma ha pasado por allí y, como carta de presentación, ha dicho que es «profesora de la Institución Africana de Ciencia y Tecnología Nelson Mandela en Arusha, Tanzania, y fundadora de la iniciativa BakiShule». Por economía de tiempo y espacio, Mduma no ha necesitado más de 20 palabras para concretar esos dos escenarios en los que deja ver su trabajo.

Su opción por la ciencia y la tecnología es una derivada de su vocación infantil, las matemáticas, donde destacaba en Primaria y Secundaria. La observación de la realidad –«Me di cuenta de que el mundo se está moviendo hacia una economía digital donde la ciencia y la tecnología, en particular la informática, serán su motor principal»– le hizo virar hacia esta última y, de manera más precisa, hacia el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. En este camino, en el que no faltaron obstáculos, Mduma destaca cuatro figuras fundamentales: sus padres y dos profesores, Burton Mwamila y Dina Machuve. «Ellos –dice– jugaron un papel muy importante al creer en mí, fueron críticos conmigo, pero me ayudaron a levantarme cuando caí. Me dieron un muy buen ejemplo a seguir para apoyar a otros, especialmente a las niñas, a alcanzar sus metas», comentó en un entrevista en The Citizen.

Aunque simbólica, una de sus caídas tuvo lugar cuando fue consciente de que las carreras científicas estaban copadas por alumnos. En aquellas aulas abiertas al conocimiento, la ausencia de mujeres era elocuente. «El techo de cristal es uno de los mayores desafíos que impide que muchas mujeres alcancen sus metas académicas y profesionales. Es normal encontrarse con personas que dudan de las capacidades de una mujer más cualificada en una determinada posición de gerencia o liderazgo simplemente por su género», señaló Mduma en esa entrevista, en la que advertía que esa cultura «se ha abierto camino desde el ámbito familiar hacia las empresas».

Este entorno –muchas veces hostil para las chicas que desean emprender un camino formativo y profesional en igualdad de condiciones que sus compañeros varones– se explica no solo por la reflexión de Mduma, sino también por los datos de abandono escolar en el continente africano, mucho mayor en ellas que en ellos. En este contexto es donde aparece ­BakiShule, que pretende replicar lo que Burton Mwamila y Dina Machuve hicieron con ella en su momento: animarla a continuar, sortear las barreras y terminar con las dificultades que tienen muchas jóvenes para continuar con sus estudios, especialmente aquellas que optan por carreras científicas. «Las mujeres necesitan demostrar que la comunidad está equivocada. Siempre que tengan la oportunidad de liderar, deben demostrarle al mundo que pueden hacerlo. A partir de aquí, aunque lentamente, la gente cambiará su percepción. La confianza en sí mismas, el trabajo duro y el apoyo de otras mujeres ayudarán a las mujeres a sobresalir en el liderazgo».

Neema Mduma se doctoró en 2020 en Ciencias e Ingeniería de la Información y la Comunicación, año en el que fue reconocida por L’Oréal-UNESCO como uno de los principales talentos africanos del momento.


Ilustración: Tina Ramos Ekongo

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