Un voto para la segunda opción

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La tenacidad es la cualidad de lo tenaz que, a su vez, se refiere, como tercera de sus acepciones, a alguien «firme, porfiado y pertinaz en un propósito». La tozudez es, por su parte, la cualidad de lo tozudo y retrata a quien es «obstinado, testarudo». Desde una mirada aséptica, sin connotaciones adheridas a las letras, miramos con benevolencia y admiración a quien se arropa con lo primero y con desconfianza y resquemor a quien lo hace con lo segundo. 

El pasado mes de junio, la Justicia paralizó por ilegales las deportaciones forzosas a Ruanda de solicitantes de asilo en territorio británico. La medida, diseñada por el Gobierno del entonces primer ministro Boris Johnson, pretendía «promover un nuevo sistema de asilo justo y humano (…) y crear rutas seguras y legales para quienes huyen de la persecución». Esta dialéctica tan pulcra escondía la decisión de Londres de enviar a Kigali a un número indeterminado de solicitantes de asilo cuyas peticiones deberían ser tramitadas en Ruanda, un país que, precisamente, no se significa por su defensa de los derechos humanos y las libertades.

No contento con el escenario delimitado por los jueces, el Gobierno de Rishi Sunak recurrió la sentencia. En pocos meses, el Tribunal Supremo ha vuelto a dar la razón a aquellos que consideraban que este ramal de la política migratoria de Londres era una «infamia» o que se trataba de «una manera cobarde, bárbara e inhumana de tratar a las personas que huyen», como dijeron en su momento, entre otros, Amnistía Internacional o Refugee Action.

Después de conocerse este segundo rapapolvo jurídico, Sunak compareció ante los medios de comunicación ¿para pedir perdón, reconocer el error o enmendar la plana a la irracionalidad de una política migratoria injusta en su raíz? No. Desde un atril en el que se podía leer, categórico, el mensaje «Stop the boats» (‘detener los barcos’), dijo que su Ejecutivo introducirá una «legislación de emergencia» que designe a Ruanda como país seguro para aquellos que sobran en territorio británico. 

Igual que las personas migrantes o aquellas que solicitan refugio o amparo buscan seguridad y futuro después de recorrer itinerarios largos y tortuosos las más de las veces, el Gobierno británico busca también el camino para que su proyecto legislativo atraque en un puerto de difícil digestión para aquellas. ¿Tenacidad o tozudez? Se abre la votación.



En la imagen superior, un grupo de personas migrantes en un barco que cruza el canal entre Francia y el Reino Unido en dirección al puerto de Dover el pasado mes de julio. Fotografía: ©coffe72/123RF.COM

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