Una carta infantil

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Queridos Reyes Magos: 

Espero que os encontréis bien. Este año he pensado en algunos regalos para África. Aunque sé que son muchos, sí que me gustaría que lo intentarais con todas vuestras fuerzas. Bueno, no me alargo más, que tendréis muchas más cartas que leer. Para este año os pido:

-Una paz tamaño XXL, unisex y universal, a repartir allí por donde paséis. Si os sobran algunos paquetes, dejadlos en Sudán, que llevan ya muchos meses de guerra.

-Micrófonos, cámaras y mucha mucha libertad de expresión para los periodistas africanos. Me da pena deciros que este año tendréis que dejar ocho regalos menos. Hasta mediados de diciembre ese era el número de compañeros que habían muerto en África en el ejercicio de su profesión.

-Hospitales, dispensarios, médicos, enfermeros, medicamentos, ambulancias… Mucho de todo.

-Colegios, institutos, profesores, profesoras, pizarras, tizas, libros, cuadernos, bolígrafos… Montones y montones de colegios, institutos, profesores, profesoras, pizarras, tizas, libros, cuadernos, bolígrafos…

-Agua. Agua potable y accesible para aquellos que tienen sed, para aquellos cuyos animales y cultivos tienen sed. No os pido botellas de agua de esas que ponen los señores ministros en sus reuniones, porque eso enriquece a unos pocos–y eso no sirve de nada a los empobrecidos–. Os pido agua del grifo, pero para todos.

-Comida. Comida. Comida. Ya sabéis…, qué os voy a decir. Comida.

-Libertad para que las niñas y las mujeres caminen sonrientes por las calles, para que estudien sin que las discriminen, para que trabajen como quieran y en lo que quieran. Eso, libertad.

-Un retiro a tiempo para los dirigentes que se han cansado de gobernar, pero que se aferran al poder. (Queridos Reyes, ¡¡con la de cosas que hacen nuestros abuelos, no sé cómo esos políticos no quieren jubilarse!!).

Sé que son muchas cosas ¡¡¡y dejo sin pedir muchas más!!! Si no podéis con todo, traed una caja enorme de justicia. Creo que así también podríamos empezar a arreglar casi todo lo demás. Por cierto, de los polvorones, el vaso de leche y el agua para los camellos no os preocupéis, que ya me encargo yo.



En la imagen superior, una escuela en el sur de Ghana. Fotografía: Javier Sánchez Salcedo


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