¿Pierde Nigeria la guerra contra el terrorismo? 

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Abubakar Shekau, el líder histórico de Boko Haram, ha reaparecido después de más de un año sin tener noticias de él. Lo ha hecho, como suele ser costumbre suya, con un vídeo y para la ocasión ha elegido el día que marcaba el final del mes del Ramadán. Esta vez, como también es habitual en él, tras el anuncio del jefe del Estado Mayor del Ejército nigeriano, el teniente general Tukur Yusuf Buratai, de que el grupo terrorista había sido derrotado y que ahora, el ejército lucha contra «una banda criminal internacional conocida como Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP)», según informaba The Daily Post.

No es la primera vez que el ejército nigeriano hace una afirmación similar. En febrero de 2018, ya declaró que había «derrotado totalmente la insurgencia de Boko Haram», como recogía Leadership. Aquel anuncio se produjo tras una fuerte ofensiva militar que se llevó a cabo desde finales de 2017 a enero de 2018 y que clamó haber expulsado de su cuartel general en el bosque de Sambisa al grupo terrorista. Pocos días después un vídeo de Shekau negaba las afirmaciones, pero la verdad es que esta facción había quedado muy diezmada y sus componentes se diseminaron y prácticamente fueron reducidos a pequeños grupos que luchaban por su supervivencia en los montes Mandara que separan Nigeria de Camerún. Desde allí atacan aldeas de ambos países en busca de alimentos principalmente.

Las operaciones del Ejército nigeriano en el noreste del país se habían visto complicadas con la división de Boko Haram ocurrida en agosto de 2016 cuando el liderazgo del Estado Islámico tomó la decisión de reemplazar a Shekau por el joven Abu mis’ab al Barnawi (único hijo superviviente del fundador del grupo Mohammed Yusuf) después de que los terroristas le jurasen lealtad en abril de 2015. Shekau ignoró la orden de dimitir y el movimiento se separó en dos grupos: uno comandado por el líder histórico asentado en el bosque de Sambisa y el otro bajo al-Barwani y su lugarteniente, Mamman Nur, en el área del lago Chad, que siguieron luchando bajo el nombre de ISWAP. Los últimos informes indican que el pasado mes de marzo el Estado Islámico habría propiciado un nuevo cambio en el liderazgo de este grupo que ahora estaría comandado por Abu Abdullah Ibn Umar al-Barnawi, nigeriano nacido en el estado de Borno del que poco más se sabe.

En los últimos meses, el ISWAP ha estado muy activo en el noreste de Nigeria. El asalto a diferentes cuarteles militares habría tenido como resultado directo que, por primera vez, el grupo yihadista se encuentre en posesión de un enorme arsenal de armas modernas y sofisticadas. A falta de datos oficiales, da la impresión de que los terroristas, por el momento, ganan la batalla al Ejército. Además, muchas fuentes apuntan a que habría incrementado el reclutamiento de nuevos miembros tanto en Nigeria como en los países vecinos: Camerún, Chad y Níger. Al inicio de año, ante las elecciones presidenciales que se celebraron en febrero, el presidente Muhammadu Buhari propuso un diálogo con el grupo terrorista, pero tras su victoria parece haberse olvidado de aquellas promesas y optado solo por la vía militar.

Desde su anterior aparición en público, numerosas fuentes daban a Shekau por muerto o gravemente herido y sin control sobre su grupo. Este nuevo vídeo solo aclara que no ha fallecido aunque su problema para leer el texto que tiene delante puede indicar problemas de salud. No está claro que la reaparición de Shekau contradiga las afirmaciones del jefe del Estado Mayor del Ejército nigeriano, ni presente un nuevo reto para Nigeria. Los especialistas que han analizado el nuevo vídeo opinan que este puede estar dirigido a la comunidad yihadista internacional y no a la audiencia local porque realmente la fuerza de Boko Haram es mínima. A esto habría contribuido no solo la persecución militar, sino también la división del grupo en pequeñas unidades y las luchas entre sus caudillos y el rechazo de sus seguidores tras el uso de mujeres y niñas como terrorista suicidas en lugares de culto musulmanes y mercados, afirma el Daily News. De hecho, en la cinta, Shekau habla en árabe y no en hausa como era habitual en él.

Puede que el grupo esté muy debilitado pero todavía tiene fuerza para aterrorizar las aldeas del noroeste de Nigeria y el Extremo Norte de Camerún donde de vez en cuando alguno de sus grupúsculos desciende y roba cosechas y ganado, destruye y mata a las personas que se encuentra. Por eso, la lucha contra esta facción no debe decaer. Sin embargo, los esfuerzos dedicados a derrotar a ISWAP parecen concentrar toda la atención del Ejército en este momento.

Nigeria, de todas formas, pierde la guerra contra ISWAP y Boko Haram porque solo ha dado una respuesta militar al problema, en ningún momento ha dedicado esfuerzos a dialogar con la población local y solucionar los problemas de pobreza y falta de oportunidades de las zonas afectadas por este conflicto que ahora, sobre todo, en el noreste del país parece estar muy lejos de contener.

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