Por Carla Fibla García-Sala. Angustia, miedo, frustración e indignación son algunos de los sentimientos experimentados en las islas Canarias durante los últimos meses. La mezcla de una mala gestión, falta de información y voluntad política, junto con los efectos económicos de la pandemia, fueron la bomba que terminó estallando en una tierra con tradición acogedora.