MN60: 1990-1995. Entre Mandela y Ruanda

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Un período fascinante y desgarrador a la vez, en el que MUNDO NEGRO reaccionó con dureza a los conflictos y situaciones provocadas por la hambruna o el sida, que terminaron con la vida de cientos de miles de personas, y –a través de los hechos– puso en su lugar a dirigentes que fueron descubriendo sus cartas, como Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial.

Interesante que, al concluir 1991, la revista destacaba que cuatro de los siete nuevos jefes de Estado africanos llegados al poder durante ese año fueron elegidos democráticamente, gracias a las reformas constitucionales y la apertura al multipartidismo.

Ocupa un lugar destacado el seguimiento sobre la islamización de Sudán, observada con preocupación por su tinte dictatorial, junto con la hambruna, la «limpieza étnica» de los negros del sur y el enquistamiento de un conflicto étnicorreligioso –entre el norte árabe y musulmán y el sur negro, cristiano y animista– que no se resolvería hasta 2011 con la división del país. Será en octubre de 1994 cuando Paride Taban, obispo de Torit, en Sudán Meridional, reciba el I Premio Mundo Negro a la Fraternidad, que se entregó en el VIII Encuentro de Antropología y Misión. 

Una portada para el comienzo de una nueva época de libertad y de convivencia en Sudáfrica.
La nueva Suráfrica

La evolución de lo que en ese momento se denominaba Suráfrica, la actual Sudáfrica, empezó una etapa histórica con la liberación de Mandela. Es emocionante leer el proceso legislativo y político que comenzó con su salida de la cárcel hasta convertirse en el primer presidente negro del país. En el número de verano de 1991 una pequeña nota recoge la abolición de la última ley del apartheid, de 1950, que no dejaba votar a los negros ni participar en asuntos de gobierno. En 1992, De Klerk y Mandela recibieron el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional «por conseguir una Suráfrica plural y no racista». El 22 de diciembre de 1994 se aprobó la primera Constitución no racista del país. Y en septiembre de 1995 se publicaba la foto del triunfante equipo de rugby junto a un sonriente Mandela, que logró usar el deporte para acercar a blancos y negros.

6 de abril de 1994. El atentado en el que perdieron la vida los presidentes de Ruanda y Burundi desató una oleada de violencia entre tutsis y hutus que acabó en un genocidio.
Genocidio

El capítulo más oscuro de estos seis años es, sin duda, el enfrentamiento entre hutus y tutsis en Ruanda, cuyos conatos MN recogía ya en noviembre de 1990. El 6 de abril de 1994 los presidentes de Ruanda y Burundi sufrirán un atentado que desatará una oleada de violencia, miedo y rencor entre hutus y tutsis, aunque desde un año antes ya se hablaba de la Guerra de las colinas. Los misioneros la calificaron como una «matanza apocalíptica». En la portada de MN de junio de ese año se denuncia la «vergonzosa pasividad internacional»: «¿Por qué se les deja solos?». Y a finales de año se calificaba como el mayor holocausto desde la II Guerra Mundial, con un millón de muertos según Cruz Roja y 2,7 millones de desplazados tras el triunfo del Frente Patriótico Ruandés. La figura de Paul Kagamé apareció como nuevo hombre fuerte, mientras que la revista planteaba una cuestión: «¿Justicia contra reconstrucción?», ante la puesta en marcha del Tribunal Internacional para Ruanda en Arusha (Tanzania).

Una larga preparación concluyó en el Sínodo Africano, presidido por Juan Pablo II en abril de 1994. Allí se analizó la acción y presencia de la Iglesia en el continente, y se plantearon nuevos retos para el futuro.
Sínodo

Las visitas de Juan Pablo II a diferentes regiones se suceden durante estos años, en los que se gesta el Sínodo Africano, celebrado en abril de 1994, al que MN dedicará muchas páginas. En ese momento titulará en portada: «En Roma es protagonista la Iglesia africana… En Ruanda, el odio racial». A principios de 1995 se confirma que
la beatificación de Comboni tendrá lugar el 17 de marzo de 1996. Antes de finalizar 1995, Juan Pablo II firmará la Exhortación apostólica Ecclesia in Africa, fruto del Sínodo.

Durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 los deportistas africanos demostraron su valía, como se observa en el recuento de medallas.
Inmigración y cultura

La cultura, sobre todo la literatura y, cada vez más, el cine, con películas como Las cartas de Alou, de Montxo Armendáriz, invitan a reflexionar sobre la situación de las personas migrantes subsaharianas en España (el IV Encuentro de Antropología y Misión se centró en «el problema de los inmigrantes en España y la creciente xenofobia de nuestra sociedad»). También se reconoció a grandes referentes africanos más allá de figuras como Nadine Gordimer, que en 1991 gana el Nobel de Literatura con una obra –antiapartheid y definiéndose como una «africana blanca». El festival WOMAD, que empieza a celebrarse en Cáceres en 1992, se convierte en una plataforma para los cantantes africanos.  

El triunfo de la selección sudafricana en el Mundial de Rugby fue mucho más que una victoria.
30 años de MN

Con una tirada de más de 77.000 ejemplares, los 30 años de la revista se celebraron junto a la independencia de Namibia, el último territorio en lograrlo a excepción del «-frustrante» proceso de la República Árabe Saharaui que, tras el incumplimiento de la celebración del referéndum pactado en los Acuerdos Tripartitos de Madrid, comenzará un largo camino reivindicativo aún sin resolver. El número de marzo-abril de 1990 incluyó cuadros con datos y muchas estadísticas que serán un signo de identidad de la revista en años sucesivos.

Durante este comienzo de etapa, a mitad de camino del aniversario que celebramos en 2020, se realizan entrevistas a Joaquim Chissano, Walter Sisulu, Desmond Tutu, Mogale Nkhumishe, Julius -Nyerere o Manuel Elin Patarroyo. 

El 17 de marzo de 1996 fue la fecha elegida para la beatificación de Daniel Comboni.

Con frecuencia, MN tuvo que hablar de la guerra y los conflictos internos. En Liberia, de donde tuvieron que huir nueve misioneros españoles; Mozambique; Angola, donde llegó la paz en diciembre de 1994 después de convertirse en la guerra más longeva del continente; Zaire, con disturbios en la capital que acabaron con la intervención franco-belga; los primeros pasos de Eritrea, una nueva nación tras 30 años de guerra, o la hambruna de Somalia, inmortalizada por James Nachtwey, que ganó el World Press Photo de 1992.

Los atletas africanos llegan a los más altos reconocimientos en el Mundial de Japón de 1991, y al año siguiente en los Juegos Olímpicos de Barcelona, con grandes actuaciones como las de Billy Konchellah o Noureddine Morceli, demostrando el control en varias disciplinas, más allá del -atletismo.   




MN60:1960-1966 LOS PRIMEROS AÑOS

MN60:1967-1972 RENACIMIENTO AFRICANO

MN60: 1973-1977 SOWETO Y LA PELEA DEL SIGLO

MN60: 1978-1983 EL DIRECTOR Y LOS DOS PAPAS

MN60: 1984-1989 LAS BODAS DE PLATA

MN60: 1990-1995. ENTRE MANDELA Y RUANDA

MN60: 2002-2007 LOS ZIMBABUOS Y COPITO DE NIEVE


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