Por Chema Caballero. Parecía que la insurgencia islamista en Cabo Delgado, la provincia más al norte de Mozambique, se había calmado. Pero el pasado 23 de noviembre la aldea de Nagulué, en el distrito de Maomia, sufrió un ataque. El jefe del pueblo fue decapitado y mutilado, varios aldeanos resultaron heridos y 18 casas fueron quemadas. Esto demuestra que Maputo está lejos de controlar esta crisis.