Por Josean Villalabeitia
Ocho largos años van a cumplirse desde aquella sangrienta revuelta popular que, en enero de 2009, y con el apoyo de una facción del Ejército, obligara al presidente del país, Marc Ravalomanana, a abandonar el poder. Nacía así un convulso período político, denominado ‘de transición’, que capitaneó el hasta entonces alcalde de la capital, Andry Rajoelina. Las principales instituciones internacionales lo interpretaron como un fraude democrático y, en represalia, retiraron todas sus ayudas a Madagascar.