Por P. Franck Mandozi. Recuerdo muy bien la fecha. El sábado 8 de septiembre de 2018 llegué a Kosti, una ciudad situada a 315 kilómetros al sur de Jartum, la capital de Sudán. Había pasado dos años estudiando árabe en El Cairo y tras ser ordenado en 2017 en mi país, República Democrática de Congo, alcanzaba mi primer destino misionero como sacerdote.