Por Carla Fibla García-Sala. No hay una disidencia oficial ni un movimiento que, desde el exilio, sea capaz de hacer tambalearse a la monarquía alauí. Aún así, Khadija Ryadi, expresidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, explica que el entramado del poder está cada día más lejos de las necesidades del pueblo.